EnJacksonville
Corría el año 1956, y Elvis Presley, el Rey del Rock and Roll, estaba en la cima de su carrera. Su música, su estilo y sus movimientos de baile electrizaban a las multitudes y causaban furor allá donde iba. Pero en Jacksonville, Florida, su visita no solo dejó una huella musical, sino también una historia llena de controversias, risas y un juez que no pudo resistirse al encanto del Rey.
El Florida Theatre: El escenario de la polémica
El lugar elegido para los conciertos fue el icónico Florida Theatre, un escenario que había visto pasar a grandes artistas, pero ninguno como Elvis. El 10 y 11 de agosto, el teatro se llenó de fanáticos ansiosos por ver al ídolo en acción. Sin embargo, no todos estaban entusiasmados con la llegada de Elvis.
El juez Gooding: Un hombre de ley con ritmo en los pies
El juez Marion Gooding, del Tribunal de Menores de Jacksonville, había recibido quejas de grupos cívicos preocupados por la «indecencia» de los movimientos de Elvis en el escenario. Bajo presión, Gooding decidió tomar cartas en el asunto. Antes del primer concierto, citó a Elvis en su despacho y le advirtió que debía moderar su actuación, especialmente esos famosos movimientos de cadera que enloquecían a las adolescentes.
Elvis, sorprendido por la reprimenda, no entendía qué tenía de malo su baile. Pero, como buen profesional, aceptó modificar su espectáculo para evitar problemas con la ley.
Elvis the Pelvis: Un apodo que hizo historia
A pesar de la advertencia, Elvis no pudo evitar ser él mismo. Aunque redujo la intensidad de sus movimientos, su carisma y energía seguían desbordando el escenario. El público, lejos de sentirse decepcionado, enloqueció aún más con cada contoneo y cada gesto del Rey.
La prensa, por supuesto, no tardó en hacerse eco de la polémica. Un titular del periódico local bautizó a Elvis como «Elvis the Pelvis», un apodo que se haría famoso en todo el país y que, irónicamente, impulsaría aún más su carrera.
«Hound Dog» para el juez: Un gesto de rebeldía y humor
El juez Gooding, a pesar de sus reservas iniciales, no pudo resistir la curiosidad y decidió asistir al concierto junto a sus hijas. Para sorpresa de muchos, el juez y su familia disfrutaron del espectáculo. Se dice que incluso se rieron a carcajadas cuando Elvis, en un gesto de rebeldía y humor, dedicó la canción «Hound Dog» al mismísimo juez Gooding.
Más allá de la polémica: La música y el legado
Pero los conciertos de Elvis en Jacksonville no solo fueron noticia por la controversia. En ese escenario, el Rey interpretó por primera vez en vivo la icónica canción «Heartbreak Hotel», escrita por Mae Boren Axton, una nativa de Jacksonville. Además, el respaldo musical estuvo a cargo de los legendarios Blue Moon Boys, incluyendo al bajista Bill Black, quien años más tarde volvería a la ciudad como telonero de The Beatles.
La visita de Elvis a Jacksonville dejó una huella imborrable en la historia de la ciudad y en la memoria de quienes tuvieron la suerte de presenciar esos conciertos. Más allá de la polémica, Elvis demostró su talento, su carisma y su capacidad para conectar con el público, convirtiéndose en una leyenda que sigue viva en el corazón de sus fanáticos.
Fotos de Archivos del Florida Times-Union